miércoles, 3 de febrero de 2010

A FaLtA dE

Supongo que no hace falta nada más aparte de verte contra la espada y la pared para empezar a creer en los milagros. Empiezas a creer en todo aquello en lo que nunca antes habías creído simplemente por el hecho de que nunca te había hecho falta creer en ello. Del mismo modo que un cobarde ateo pide la absolución antes pasar a mejor vida. La ciencia y la razón pierden posiciones a medida que la desesperación sube, y cuando ya estás tan alto que sólo puedes caer, rezas para que sea verdad eso de que que el polvo de hadas hace volar aunque sepas que lo que te acabas de meter seguramente sólo sea esacayola de pared o anestésico para caballos. No sé. Uno debería revisar más a menudo sus principios. No vaya a ser que

No hay comentarios: