lunes, 10 de noviembre de 2008

..eVer

Sus cabezas entrechocaban por entre el ruido de la barra. Siempre así. Siempre entrechocando. Nunca llegando a romper. Nunca llegando a fundirse en una sola. Nunca llegando a traspasarse la una a la otra; aunque hubiese una posibilidad entre diez millones de que pudiesen hacerlo. Nunca llegando a ningún sitio. Nunca llegando a nada...

Y ahora que sólo me acompaña el zumbido del ordenador, puedo decir que aún esquivo el espejo por la mañana. A veces, de refilón, lo miro sin querer siquiera, y como todos (los que se quieren dar cuenta de ello), veo algo que me mira con desconfiaza, algo que no soy yo y que se bate en duelo con la vida cada diez pasos. Y recibe, cada vez, un balazo. Que le puedo ver desde aquí (el otro lado del espejo) las heridas en su al(R)ma.

Pero, ahora, escucho música por las mañanas. Y por las tardes. Y durante noches enteras en vela. La llevo aquí. No, en lo más profundo de mis entrañas. Dando gritos. Y por extensión, o más bien por la reverberación, me llegan los ecos a la cabeza, y retumba en mis oídos y me da fuerzas...para dar otro paso...otros dos...que, como un esclavo ( de esta perra realidad), necesita que le marquen el ritmo, para no tumbarme, en el medio del camino, a descansar. Por que la verdad, es que cansa. Cansa de cojones. Te deja sin aliento. Con sólo mirar hacia delante y ver todoesoqueaun está por llegar...me dan mareos...no lo puedo asimilar...cómo hacer para llegar hasta donde mis fantasias me han llevado ya, tantas y tantas veces?...Ah, es demasiada responsabilidad para mí. Prefiero acarrearle ese trabajo a alguien mejor cualificado. O al primero que pase. Me da igual. Por eso necesito mi música. La de mis entrañas. Que suena a Tarantella italiana, y a cañerias que gimen, y a voces rotas y gastadas que claman por una segunda oportunidad (no es por nada en especial, es que a la hora de suplicar, son las que mejor se arrastran...) y a ritmos sincopados que me hacen ir trasteando por la vie a pasos destartalados (cómo me gusta esa palabra!).,

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