domingo, 26 de octubre de 2008

YyavaNay

Ok. Bien, vale. Como siempre, lo que tu digas. Eres la banca, que distribuye las riquezas, eh?, eres la base, la peana, la distribución fría y estudiada de todos y cada uno de mis espasmos. Tú mandas. Tú diriges. Y yo te erijo(elijo?) un busto recordatorio de todas tus falsas veleidades...

Es un juego retorcido, y de nunca acabar.
Yo diciendo no y tu bueno, que sí, que ya veremos...y yo diciendo si y tú diciendo que NO, que qué me he creido, que estoy realmente confundido, y yo diciendo que no, y tú... vuelta a comenzar. Por qué este morderse la cola. Un tiempo es eso. Una distancia espacio tiempo en la que esperamos cicatricen dolores incómodos, una distancia en la que, si corres lo suficientemente rápido consigues que se desprendan esos tatuajes de tu piel.

Pero tambien es mi culpa. Si no, no es normal, como yo no soy normal, como que para mí eres una diosa puesta en la Tierra para hacer sufrir a este pobre polaco. No sé porqué no puedo mirar en otras direcciones, por qué esta rigided en los músculos de mi alma y esta anestesia general en la caja de mis costillas...Esta ataraxia al miedo, este medio hombre convencido de que le falta tuétano a sus huesos, lo Uno ( que decía RILKE), lo otro...lo indefinido e imprescindible...presente en todos las cabezas ausentes...lo Uno dando vueltas...en forma de advertencia...que nadie entiende...que nadie acierta...a descifrar.

2 comentarios:

Nikaperucita dijo...

Rainer maria Rilke :))))

(el tuetano hay que sacarselo de los huesos y guardarlo bajo llave)

Auggie Wren dijo...

La única solución: acodarse en la barra y pedir otra ronda.

Sláinte.