jueves, 31 de julio de 2008

Respuesta:

- Escondido, como siempre...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Y al final leí todo.
Absolutamente todo.
Desde el principio hasta el final. Hasta encontrarte escondido, como siempre...

Y sí, me ha gustado lo que he leído. Me ha dejado un cuerpo un poco extraterrestre y una mente un poco errática.
No sé si será bueno o malo... no imorta, no viene al caso. La conclusión es que me gusta leer a Jim Chinaski y eso sí que importa.

Me alegro de haberte encontrado, como siempre...

Anónimo dijo...

(TE VOY A HACER UN REGALO, UN REGALO DE OCHO AÑOS, CASI NUEVE YA. NO SÉ SI TE GUSTARÁ, ESPERO QUE SÍ. TODOS LOS DÍAS TE DEJARÉ UN COMENTARIO.)


Puso un disco de Chopin, el de los Nocturnos, interpretado por Barenboim. Lo escuchaba mucho últimamente, sobre todo cuando estaba en casa sola y podía subir el volumen a su antojo.

Encendió una barrita de incienso y comenzó a pintarse las uñas mientras movía la cabeza al son de la melodía.
Se acordó de él y lo vio entrando en el autobús pasando junto a ella y poniéndose justo en el asiento de detrás. Lo notaba tan cerca... sentía su olor y escuchaba la música que salía por los cascos de su mp3.

Sonrió al recordar ese momento tan reconfortante para ella, entonces el Nocturno nº 2 la sorprendió con unas escalas contundentes y la trajo de vuelta a su habitación en donde seguía funcionando el ventilador.
La realidad le había robado su personaje favorito. Aquel que tantos folios había conquistado a lo largo de varios años. Aquel que fue su prototipo de ensoñaciones azules y de acurrucamientos en el sofá.

Respiró hondo.

Lo bonito de escribir de alguien es no conocer a ese alguien personalmente, tan sólo verlo pasar y dejar fluir esa sensación agradable. Es como cuando contemplamos nuestro cuadro favorito. Nos vamos acercando poco a poco para no perder la perspectiva y lo miramos en su conjunto, en su entorno. Después nos vamos acercando más y más, fijándonos en los pequeños detalles, intentando comprender porqué nuestro cuadro es así y cómo llegó ahí.

Lo que le pasaba a ella es que su preciado cuadro se estaba desquebrajando y ella no se había dado cuenta antes. Tal vez fuera porque nunca había estado tan cerca. Muchos detalles seguían intactos a pesar del paso del tiempo, aquellos que tanto habían llamado su antención y que hicieron que ese en concreto y no otro fuera su favorito. Sin embargo, en el centro del cuadro había un gran desperfecto, casi no se notaba, te tenías que acercar mucho para verlo, pero para ella era una hendidura tan profunda que estaba completamente segura de que jamás se arreglaría y de que acabaría por destrozar el resto del cuadro. Para ella era igual que si el instrumento más preciado tuviera termitas.

Se alegraba en cierto modo de que la vida le hubiera echado un cubo de agua fría por encima, pero le hubiera gustado recordar el pasado sin nostalgia y seguir creando un futuro bucólico entre las hojas de una libreta.

Anónimo dijo...

Y muchas veces se preguntaba que porqué sería así. Porqué no como las demás. Simple, llana y sencilla. Porqué le gustaba tanto buscar y rebuscar y tener la satisfacción de haberlo encontrado y tener la desgracia de no poder sostenerlo.

Y esa puta sensación de estar en una playa desierta y creer ser una ONG e intentar rescatar a los tripulantes de embarcaciones que naufragan sin haber salido de su puerto.

Y porqué y otra vez esa misma curiosidad que al final acaba de la misma manera. No es quien para meterse en el agua y sacar de esa deriva a unos tripulantes que prefieren ahogarse en la bañera de un hostal que ni tan siquiera tiene agua corriente.

Ni sabe que hace dándole forma a una historia paralera reflejada en un espejo.

Hoy es un día de batir teclas de ordenador, de mezcla de relatos. El que de verdad fue, el que ella escribió sobre lo que sintió que fue, sobre lo que él vivió en realidad y sobre lo que él escribió sobre lo que sintió que era.

Hoy es un día de escribir sobre lo que él escribió.

Anónimo dijo...

Después de estar un rato tumbada en la cama leyendo un libro que de nuevo le recordó a su querido cuadro se conectó a internet.

Miraba continuamente la hora en el reloj de ordenador y por pura casualidad, como todas en esta vida, buscó una frase en el google. Ella pensaba que ya lo había hecho, aunque quizás lo intentó y desistió al acordarse se los errores que cometió con otra persona. Esta vez sería diferente, y por eso, al parecer, no lo había buscado. Sin embargo, la curiosidad era mayor y en un arranque de aburrimiento le dio al intro y allí estaba la frase.

Estaba completamente atónita, espectante, nerviosa, desconcertada y sobre todo muy sorprendida.

Entró en el link y comenzó a ir más y más rápido su corazón. Una mezcla entre "no me lo esperaba en la realidad" y "ya te había dado estos aires bohemios entre mis letras".
No podía contener la emoción, tenía unas ganas horribles de investigar la página web, tantas, que no sabía por dónde empezar. ¿Quizás por el principio? Era muy tentador leer lo último, demasiado, y así fue.

Eran textos de lectura complicada y lenguaje simple, aunque con frases que se entretenían en divertirse las unas con las otras. Era como si se estuviera leyendo a sí misma. Una escritura bien elegida dándose aires destartalados, de esta que acelera la lectura pero que obliga a detenerse y degustar, masticar y tragar, pero tragar bien.

Después de la emoción de haber encontrado una aguja en un pajar, pensó que quizás su cuadro no estaría hechado a perder, se podría arreglar. Ahora bien, otra cosa es que se dejara.


Ella nunca tuvo personajes de telenovelas, precisamente si lo eligió a él era por varios motivos. No lo conocía y reunía todos los requisitos de un personaje de tragedia ácida, amarga y a la vez encantadora, así que pasemos a la historia real, aquel personaje que siempre le inspiró una ternura dramática.


Vamos a empezar por el principio.

Anónimo dijo...

Era el momento de decir apufffffff....... no el típico pufff de madre mía, sino el atípico apufffffff...... en el que coges aire primero y después lo sueltas poco a poco mientras piensas "ojalá hubiera una cámara desde arriba grabando todo y en algún momento encontraras justo las escenas que se corresponden con lo que tu vivías en ese momento".

Antes era demasiado pronto, luego no importaba esperar porque no había prisa, ahora es demasiado tarde...


Y siempre, siempe pasa lo mismo, no importa en qué siglo estemos... esas cintas nunca aparecerán porque en el fondo no hay nadie que grabe, ni tan siquiera hay un iluso espectador. Esto no es como ver una película en el salón de tu casa comiendo palomitas y en las que todo el mundo dice... ¿pero no lo ves? ¿pero no sé da cuenta?. Puede que sea sólo eso, una película, pero también pasa en la realidad, y la vida tiene ese encanto inoportuno para enseñarnos el caramelo y quitárnoslo cuando ya lo olemos y lo estamos saboreando.

Además también tiene forma de noria, redonda, dando vueltas, y siempre un círculo estático del que sólo te mueves cuando lo que va en su conjunto también se mueve y es imposible o muy difícil cambiarse de sitio.

En su historia su personaje no sufría... Tampoco sonreía... Sólo hacía apariciones. Bastante breves por cierto, pero suficientes para que ella siguiera escribiendo sobre él y fuera su mayor inspiración. Además, lo que más le gustaba a ella es que él estaba completamente ajeno a lo que ella pensaba o escribía. En la realidad nada los unía, sólo verlo a través del paso de los años (hace ya ocho, si, desde que ella tenía 15 años) mantenía viva una historia que no quería que tuviera fin.

Jim Chinaski dijo...

Si, por favor.
Es extraño engancharse a una historia que crece paralela a las mías, danzando por mi agujero, al ritmo de un vals de 3x4 ( J´y suis jamais allé..)

Jim Chinaski dijo...

ummm...el si por favor era respuesta (apropiada)
al "vamos a empezar por el principio"..(aunque en algunos casos sea más apropiado empezar a leer por cualquier otra parte, e ir imaginándote tú el resto)...
Por que realmente no sé cuál es ni dónde comienza (si es que ambos comienzos parten del mismo punto)