domingo, 25 de mayo de 2008

Con segunDas Intenciones

A media noche. En el atico de Jorge. Más específicamente, en la puerta de su casa.
- Tok tok

No hay respuesta.
-Tok tok

No hay repuesta
-Tok tok tok

Un gruñido de fondo. Interrogativo?. Gutural. Como su voz cavernosa de puro whisky.
(sin abrir la cadena, ni entreabrir la puerta, ni mirar por el agujero de la puerta...)
-Si?
-No
-Eres tú, Mónica?
-...
-Que quieres?...Ya estaba dormido, joder...- pero no estaba enfadado en serio, de hecho, tenia la boca deformada por una sonrisa trasnochada y babeante. Se alegraba de tener compañia. Había sido un día duro. Había sido un día jodido.

Al abrir la puerta la miró de arriba a abajo. Estaba preciosa. Empapada , pero preciosa. Y hacía bastante que no la veía. Desde que se fué de casa, sus encuentros habían sido casuales. Incómodos, incluso, como si ninguno de los dos quisiera estar ahí, pero necesitándolo y necesitándose desde lo más profundo de sus entrañas( que extrañas las personas, perros babeantes de Paulov, perros caprichosos del hortelano).

- Estás increíble. Pasa al salón y coge una toalla, estás empapada.
- Gracias. Tu en cambio, cada día estás más viejo. Deberías dejar toda esa porquería.

Se refería al alcohol. Así, en general. Le gustaba todo. Desde la ginebra con olor a nenuco, pasando por el pacharán y el SaKe. Esa era una de las principales razones por las que se había ido de casa, de la noche a la mañana harta ya de sus interminables borracheras y sus respectivas resacas.

Llevaba un vestido por las rodillas, de estilo retro, dandole la impresión de que se había escapado de un fotograma de una película coloreada de los sesenta o de una de las primeras obras de Truffaut.Cruzó las piernas al tiempo que se secaba la cabeza como si acabase de salir de la ducha, revolviéndolo todo para acabar cuanto antes. Dejó la toalla a un lado y los cortos mechones le caían irregulares por la frente, brillando, dándo la impresión de que estaban dibujados en la frente. Tenía un aspecto tan frágil....y no lo era en absoluto.

- Bueno, y qué haces aquí?
-Nada. Que he discutido con Horacio, y no sabía que hacer...me he ido de casa, sabes?...he cogido una maleta vieja que tenía guardada desde la muerte de mamá( siempre se refería a ella como mamá. No tenía nombre, para ella). He metido cuatro cosas, con furia en la punta de los dedos, y me he ido antes de que se me pasase el calentón....no me gustan todos esos numeritos melodramáticos de las reconciliaciones...ya lo sabes..
-Sí. Ya lo se. Pero yo no te monté ningún numerito....o sí?
-No. Pero no tenías razones para hacerlo. Ni te pegaba. Tenías demasiada clase.
-Tenía?
-Tenías. Vas a peor y lo sabes.- Todo esto lo decía con la tranquilidad y frialdad que la caracterizaba, fumando un Galouisse con la mano derecha, paralela a su cara, dejando el cigarrillo a mano para darle esporádicas chupadas, mientras el brazo izquierdo hacía las veces de mesilla de café francés de los años treinta.
-Joder. Eres un encanto. Si has venido a meterme caña, ya te estás largando. Mañana tengo cosas que hacer...
-El qué?. Recoger el cheque del paro?. Si no haces nada más que vagabundear por ahí, parando, dándole sorbitos a la petaca, agazapado, y seguir con una sonrisita boba de 40 grados a la sombra...joder...podría prender una cerilla con esos nubarrones etílicos que llamas aliento...
-Y te parece poca ocupación?...me requiere todo el día.Y a veces, tengo que volver a comenzar y me lleva toda la noche.Y por que me dices todo eso?...nunca fuí malo contigo, ni te puse una mano encima, ni te grité, siquiera...
-Normal. En tu estado de embriaguez habitual, habría podido contigo fácilmente.
-Touché.

Jorge se levantó con dolor en todos y cada una de sus músculos, y un frío que le venía desde lo más profundo de los huesos, y se fué hasta el mueble bar a preparase una copa. Se había desvelado y la ironía ácida de Mónica se disolvía bien en Bourbon.

-Quieres algo?
-Un poco de vino, si tienes.- Qué típico de ella.
-Tinto o blanco?
-Tinto
-Pues va a ser blanco, no me queda tinto. Anoche tenía mucho que borrar.

Volvió a su asiento y le tendió la copa.

- Puagh!...Está demasiado seco. Y lleva demasiado abierta la botella. Sabe a suela de zapato.- Le dió un sorbo. Y luego otro.
-Y que es lo que te ha pasado con éste?.
-Lo mismo de siempre. Que si al principio todo es de color de rosa...jajajas y manitas...sexo espontáneo y sincero...y al poco todo se emborrona...y se ensucia...y empiezan las discusiones, los celos, la perdida de la confianza y del amor propio...y no me apetecía volver a pasar por todo eso y he cortado de raíz en cuanto empezaba a oler a podrido...ya estaba muerto y enterrado....en descomposición y con lilas negras pisoteadas por mi danza de la libertad...
-Cuánto a durado?
-Dos meses
-Vivisteis juntos?
-Un mes
-Joder....
-Que?
-Nada, nada. No soy quién para decirte nada, pero quizás tu problema sea que te precipitas demasiado...lo quieres todo ahora o nunca...Y los sueños hay que perseguirlos, no lo niego, pero no te aferres a sueños ajenos que no son el tuyo, y quieras vivirlos todos de golpe, por que eso da resaca y crea llagas en el corazón. A la larga, acabas por no sentir nada.

-Somos distintos
-Como agua y aceite
-Sí. tu eres denso como el aceite-dijo Mónica
-Y tú, si nos mezclan, siempre quedas por encima. Como el agua.
-Touché.- Se había acabado el vino y se llenaba otra copa. Jorge hizo lo propio, y se volvió a levantar para ponerse otra, sintiéndose ya un poco con ese fuego por dentro que tanto le agradaba y le daba fuerzas.
- No sé que voy a hacer ahora...- decía Mónica, sentada de lado en el sofá con la cabeza apollada en el respaldo con una copa en una mano y jugando con uno de sus zapatos mojados dando vueltas en la punta de sus dedos, en la otra. Y las piernas dibujando una curva peligrosa, sinuosa, insinuante, in situ...
-Seguirás hacia adelante. Como haces siempre. Como deberíamos hacer todos. Pero tú eres fuerte. Joder, eres como una puta roca!
-Ya...pero es tan duro empezar de nuevo de cero....Igual me voy una temporada...no sé...tengo una amiga en el sur...
-Te vas?- le preguntó Jorge, con desilusión reflejada en unos ojos un poco húmedos a la luz, para que vamos a engañarnos, pensando que ya, quizás, no podría contar ni con las casualidades para verla....
-Pero tonto...-Le dijo ella incorporándose hacia él y acariciándole el pelo.
- No es nada...es la impresión de la noticia...nada más.
-Pero si sólo es por un tiempo!. Además, tu siempre me tendrás ahí para lo que quieras. Y lo sabes. A pesar de mi cinismo, sabes que siempre te querré...

Y se abrazaron.

-Nos vamos a la cama?Aunque sigas roncando tanto...Hoy no quiero dormir sola .

El asintió y la siguió de la mano con los ojos todavía húmedos hasta la destartalada habitación que le hacía las veces de dormitorio. Una tele con las antenas torcidas. Ropa sucia. Botellas vacías. Cervezas a medio beber. Joyce en la mesilla y el pasatiempos del dominical del bar de abajo a medio completar. Más ropa sucia. Un calcetín roto.Uno rojo. Y agujeros en el pecho. Y humedades en techo, y el futuro, oscuro, en el fondo del armario.


A la mañana siguiente...

-Joder, papá!, No has dejado de roncar en toda la noche!. Tienes el ronquido del fumador más bestia que he visto en mi vida. Me ha costado dios y ayuda dormirme!.
-Lo siento hija, pero yo tampoco he dormido muy bien, sabes?. No es como cuando eras pequeña, precisamente. Cuánto mides?. 1,80?.
-1,77
-Joder. .

Se miraron de reojo aún tumbados en la cama y se echaron a reír. Una risa auténtica, de esas que huelen a infancia y agujetas en el costado. De esas que suenan a pelicula de Jean Pierre Jeunet, por lo frescas y mágicas que son. De esas que te dan cinco años más de vida y te relajan hasta los músculos del ano. De esas que te dejan harto de felicidad y agotamiento, tirados por suelo, rodando en círculos concéntricos, por que todo encaja , y es valioso, y merece la pena estar ahí para verlo. De esas que siempre hace mucho que no te echas. Hacía mucho que no lo hacían ninguno de los dos, y les hacía falta.

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