Hoy vengo a hablar del desencanto, de los besos con las manos, de los ojos que dicen cuando los dientes se aprietan, de la muerte y su cálida mano en nuestra espalda, de la tristeza, de las distancias que fabrican extraños, del dolor que a puñados se da y se recibe, de la inercia que nos embarga, de la rabia que nos alimenta, de la ansiedad que nos mantiene adormecidos, de la oscuridad que nos refugia y que destilan nuestros corazones, de nosotros mismos y de Lucifer.
Es el mundo en blanco y negro el que vengo a presentar. Fueron los poetas los que usurparon los colores, los que nos ametrallaron con luces y no dejaron en el mundo hueco para la pálida belleza de las cosas que, en cada suspiro, nacen muertas.
Y es por eso que, aunque asquerosamente perdido en este mundo, errático, con la madera podrida, perdedor nato, muerto por dentro....yo también he cruzado océanos de tiempo para conocer tu amor.
El Guardián entre el Centeno
miércoles, 7 de mayo de 2008
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