lunes, 30 de junio de 2008

caRReteRa y mAntrA ( I )

Charley estaba en la carretera. Se lo había prometido muchas veces, demasiadas quizás. Ya no recordaba cuantas. Y le daba igual. Al fin lo había conseguido. Al fín lo había hecho. Charlie tenía quince años y un diskman de "Aiwa" que posiblemente había vivído más que él. Charlie tenía quince años y en su walkman sonaba "rearviewmirror" a un volumen estridente. Tanto, que la vieja que iba sentada a su lado le miraba con recelo y asco contenidos, acumulandose estos en sus mejillas, que se hinchaban poco a poco como las bolsas de una rana mexicana, a punto de explotar y joder a todos con su mierda; pero no, se lo traga y mira para otro lado. Y le cae una lágrima por la mejilla. Y a Charlie le da igual, por que por fín lo ha conseguido. Charlie tiene quince años. Y ya le da igual todo.

Cogió el primer bus que salía. En principio, le daba igual a donde fuese, con tal de que le llegara el dinero. Y Charlie tenía poco dinero. Apenas unos billetes que le había mangado a su "padre". Charlie no lo pensó bien. Debería haberse llevado todo. El televisor de su padre. Cuanto lo quería!. Más que a él. Y lo sabía por que él mismo se lo había confirmado:

- si, hijo, lo quiero mas a él ( Mierda. Por lo menos podía haber mentido un poco, no?)-.

Al principio le dolió. Pero luego se le pasó, y empezaron a preocuparle otras cosas. Como su manía por darle palizas todos los viernes, cuando llegaba borracho. Y los martes , cuando llegaba borracho. Y los miércoles y jueves y todos los jodidos días de la jodida semana, todos los del jodido calendario. Menos los sábados por la noche. En el estado en que llegaba a casa, el propio Charley podría haber aprovechado para devolvérselas todas juntas, pero su padre era demasiado orgulloso para eso y prefería tumbarse en el sofá a llenarlo con sus babas y sus mocos y toda su mierda, como el vómito de la camiseta o el vino reseco de los pantalones o la tierra y el barro y las heces de perro en sus botas de segunda mano. Apestaba demasiado como para darle una paliza en su estado de semi-consciencia. Habría sido ruin y miserable y traicionero y vulgar, y sobre todo, poco caballeroso. Así que lo hizo. Un dia que su padre llegó borracho(un jueves , ademas. Comenzaba a ampliar su cuota personal de intoxicaciones etilicas) como pokas veces lo había visto charlie, espero a que se tumbara en el sofá como de costumbre, y empezara a restregar su mierda, como de costumbre. Cuando lo hizo, Charlie se fijó en que sus asquerosos ojos de pez estaban especialmente vacuos, con una mirada embobada y estúpida (tupida cortina con falta de) que venia a confirmarle que no opondría la menor resistencia. Charlie cogió un candelabro de la mesita. Era de su abuela. O eso creia. Pero lo cierto es que era horroso(toda la casa estaba llena cosas de ese estilo,anticuadas y grotescas), y le agradaba la idea de estampanárselo en la cabeza.

Charlie estaba tranquilo. Sabia que no vendria su madre sollozando, y suplicando, que no lo hiciera
"- por favor...charlie,NO LO HAGAS!!!, es un buen hombre, es que no sabe lo hace!!! -"
por que su madre habia muerto hacía mucho. Cuando él era pequeño. O eso creía. Ya casi no se acordaba. Pero sí guardaba una foto suya en la cartera. La guardaba con un mimo y un recelo casi infantiles. Era una foto de esas de fotomaton, ajada y cuarteada por el tiempo. Y estaba muy guapa. Y charlie la enseñaba de pequeño con orgullo
"-mirad, esta es mi mama!- y ellos repondian -pues si k está buena!"
y mierdas por el estilo, por que los niños son todos unos cabrones.Y a veces se burlaban de él y de la desgracia de que no tenia madre, a pesar de que las suyas no fuesen más que putas, drogatas, borrachas del martini dry, adictas al prozac y al valium o jodidas empresarias con negocios que les absorvian todo el dia y nunca pasaban por casa, o aburridas amas de casa que pasaban demasiadas horas ahí encerradas, exiliadas del hostil mundo exterior. La suya por lo menos, no la habia cagado. Solo estaba muerta y eso la exumaba de todos los posibles pecados que podria haber consumado, de todos, menos de uno: el haberse casado con semejante escoria. Y ahí estaba Charlie, con el candelabro en alto, pensando en todo esto y en muchas otras cosas, tranquilo y relajado, como si no fuese mas que un acto rutinario , lo del candelabro y eso; cuando su padre abrio un poco más los ojos, y Charlie se puso nervioso, no sabia que hacer, y actuó por instinto golpeándole con el peso del candelabro entre las cejas, y la cera derritiendose por su cara, y luego otro más, detras de las orejas, cuando el pobre diablo se giró para cubrirse. Y luego otro, que le rompió varios dientes. Solo por asegurarse. Y por que, por una vez, le gustaba ser él el que daba las ostias. Joder. Y con los nervios (no habia planeado nada y no sabia que coño hacer. Podia haber esperado una semana y trazar un plan oculto al que llamaria "OPERACION: ajustar cuentas". O algo así), cogio lo que llevaba el viejo en la cartera, que por desgracia, era todo el dinero que habia en la casa, y salio trankilamente, mientras su padre agonizaba en el salón, cubierto de sangre , dolor, vino y mierda de perro. Deseando morir. Pero no esta vez. Solo perdería la dignidad y tres dientes. Y charlie, fumando un fito a las tantas de la madrugada, con algunos pavos en el bolsillo y una creciente euforia en su interior, se sintió un Dios que habia despertado de su largo letargo y que saboreaba su libertad como nunca antes lo habia hecho. Es más. Nunca antes se habia sentido libre. Y era una sensación de puta madre, y el era un Dios, y nadie le iba a parar.

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