La había amado con amor juvenil, la había llamado muchas veces " Su angel tutelar, Su paloma tierna"; la había abrazado muchasnoches con ese abrazo apasionado y casi exasperado con que el amor pretende asirse eternamente a lo fugitivo; le había dicho:
-" dame tu corazón"
Y ella se lo había dado como quien no da nada...Cada vez que él le preguntaba: "¿ te puedo pedir una cosa?", ella respondía que sí, feliz por tener aún algo que dar; y él aceptaba todo, naturalmente, sin pararse siquiera a agradecer un momento.
Con la otra, en cambio, era un esclavo, un loco, un mendigo. ¿Por qué? Pregúntaselo al polvo del camino, a las hojas que caen, a la divinidad misteriosa que rige el mundo: sólo ellos conocen misterios tan hondos...La otra no le daba nada, nada, nada!!, y por negarle todo, él le decía gracias con palabras de corazón. En lugar de darle le exigía:
" Dame tu reposo, dame tu inteligencia, dame tu dignidad"
y él se los daba, sintiendo que no se le ocurría decirle:
" dame tu vida toda, dame la salvación de tu alma después"
Pan. Knut Hamsun
lunes, 25 de agosto de 2008
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