miércoles, 13 de agosto de 2008

Malos TiEmpOs. jOdidOs.



Estábamos a 11 mil pies de altura, y subiendo, y yo tenía el corazón roto, y él no, y Madrid no era más que una maqueta que podía aplastar en cualquier momento con sólo estirar el brazo. Nervios ateridos y enroscados en nudos de marinero en mi estómago. Pero no de los nervios. Que va. Era por tí. En el fondo, todo esto fué por tí. Estabamos siendo deborados por las nubes más grandiosas que pudiese haber imaginado, y yo decia " oh! que bonito!" pero no eran más que mierdas. Por que no podía sentir más que un profundo asco hacía mí mismo. Cada minuto, cada segundo, tenía que arrastralos detrás de mí con dolor. Que horror. Malos tiempos. Jodidos. Subes y subes y no te das cuenta de que tarde o temprano te darás con el techo, y el vecino te gritará através del agujero "pero chico! quién te has creido que eres para subir tan alto?" "burbujitas freixenet" le dirías, pero no, te has mordido la lengua y entonces la cosa está más difícil, así que te callas, y caes, así, callado y en silencio, sin decir ni mu, sin chistar, bajando la mirada y esperando el golpe. Pero la cosa no para. Sigue y sigue. La caída, digo. Y te asustas, y miras para los lados, y miras hacia arriba, y hacia abajo, sobre todo abajo, a eso que está tan negro, tan oscuro, tan, que. No hay a qué agarrarse. En fin, que ahí estaba. Callendo todavía, a 20 000 pies de altura y subiendo en picado.


Fueron malos tiempos. Jodidos. Malas noches, peores días, dolor de cabeza, demasiados fitos, vino barato, dolor de pecho. Lágrimas de alabastro, de las que duelen al caer.Y de las que no. Y acurrucado en el pasillo de 11 a 2 y parón para comer y cartelito de vuelvo en 5 minutos, mentira podrida, que ya serán 20, y vuelta a empezar. Pero tuve suerte(por fin, una poca). Una conversación fortuita caída del cielo(a 22 000 pies de altura y subiendo en picado) y la posibilidad de echar tierra de por medio. Enterrar el asunto tras 1200 kilometros(nota del autor: dícese de la distancia entre Madrid- Londres(el olvidoooo)) no parecía mala idea. De hecho, era la única posibilidad de agarrarse a algo durante la caída, y así amortiguar el golpe, si es que al final lo había, por que puede que sólo sea eso, una caída huérfana de golpe. Igual no había fondo. O estaba en el cañón de una pistola. Y tan mal no estaba. Bueno, vale. Lo que pasa es que me faltaban pelotas. Cobarde de principios. Superviviente de chiripa. Y ojeando una revista a ratos y mirando por la ventana y viendo todo ese océano de nubes. Era increíble. Hasta donde alcanzaba la vista, sólo veías nubes y más nubes. Igual el golpe era eso. Dejarse caer era la peor parte, te martirizas durante el camino, flagelándote con recuerdos que cortan como cuchillas ( mejor dejar fuera del alcance de los niños), pero la caída sería amortiguada por un océano de algodón y naftalina (por que, ¿ A qué huelen las nubes?, a mí me suena a eso, Nubes?...Naftalina!...pero no, la naftalina huele un poco a abuela, a cerrado, y tendría que ser su némesis, algo fresco y purificador, como el hielo, pero el hielo no huele, así que...).


Así que amigos en Brighton, llamadas, quedada, QUE PASADA, 15 días para preparalo todo, (sonarse los mocos a tiempos alternos), deudas adquiridas, momentos de subidón, un amigo que se apunta al viaje, risas y ponerse de acuerdo en qué lleva cada uno a la lumbre de los petas, por la mañana, en esos días en los que has acabado todos los examenes y no tienes nada que hacer así que te levantas a las 12 y te vas al bar y te tomas una caña y risas y ponerse de acuerdo en qué...Son ilusiones. Vuelta a casa un viernes a las 5 de la mañana, sólo, con dos o tres cerveza de más, unas horas menos y un vacío profundo, infinito, negro, que te atenaza el corazón desde las tripas y que explota en cristales disparados desde el cristalino( no, es que se me ha metido algo en el ojo...) y la certeza de que las cosas no van bien. No. que vá. Están lejos de ir bien. A 12 000 km más o menos.
Primera página de una novela que nunca encuentro tiempo de acabar, ni palabras para enroscar ese "algo" que hace que conectes con ella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces las novelas sólo son de una página (importante de tu vida).

No me he leído el resto de la novela, quizás porque aún no está escrita la segunda página...
Yo cerraría los ojos, cogería aire y saltaría. A lo mejor hay alguien esperando a que le caiga algo del cielo.

Anónimo dijo...

-Ah, osea que ella prefiere imaginarse una relación con alguien ausente que tener una con los que están a su lado.
-No sé... Quizá sea lo contrario y ella se desvive por arreglar la vida de los demás.
-¿Y de ella? De todos los desarreglos de su vida, ¿quién se ocupará?






La Valse D'amelie