lunes, 7 de abril de 2008

LL (Leve Levedad)

Había momentos en que lo necesitaba. Estar completamente ido. Necesitaba sentir que daba igual. Que no importaba realmente. Que todo era liviano, plácido, tranquilo, éfimero y pasajero. Que no era lo peor que podía pasarte. Que no era lo peor de todo. Aunque a la hora de la verdad si que lo fuera. Joder!, daba fuerzas sobre las flaquezas y palizas rabiosas sobre esas mal paridas inseguridades. Las cosas parecían haber alcanzado por fin su ritmo, su cadencia melancólica y llevadera. El ritmo justo que deberían de llevar las cosas. Era como flotar, como estar suspendido sin mayor pena ni gloria. Como estar suspendido sin esperar a nada. Ni a nadie.

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